Seguramente, la primera palabra que a muchos se nos viene a la cabeza a la hora de definir el estilo del productor irlandés Bryan Kearney es la de versatilidad, ya que, como muchos otros productores que hemos venerado desde siempre en este portal tales como Will Atkinson, MaRLo, Tempo Giusto, Orkidea o Giuseppe Ottaviani, su principal característica es que no suele repetir la fórmula del éxito (pese a conseguirlo siempre), ni estancarse en un mismo sonido o estilo.
Esta vez, hemos visto un Bryan Kearney que desconocíamos que existía, pese a haber lindado en repetidas ocasiones con ese estilo, nunca había llegado a los niveles sobrehumanos que nos encontramos a continuación.
Muchos conocemos su sobrenombre ‘Karney‘, con el cual produce tech trance y hard trance a partes iguales, por así decirlo para los amantes del hardstyle que nos estén leyendo, es el lado raw del productor irlandés. Acostumbrados a canciones como ‘El Gato‘ o ‘Say Nothing‘, cargadas de energía y violencia pero acordes al estilo, marcando la diferencia pero sin salirse de las pautas, nos hemos visto sorprendidos con el nivel que ha alcanzado con esta nueva reseña de dicho alias llamada ‘Beg your Pardon‘, título que anticipa que pide perdón por el destrozo y secuelas que pudieren sufrir aquellos que lo escuchen, pero sin mostrar mucho arrepentimiento, simplemente sirviendo de advertencia.
Saquemos un enfoque jurista por un momento. Si tuviésemos que analizar jurídicamente esta canción, podríamos apreciar que se vulneran varios derechos recogidos a nivel internacional en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tales como su Artículo 5, que concede el derecho inherente de que ‘Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.’ o ya yendo al extremo de su Artículo 3 el cual garantiza que ‘Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.‘
Esta canción, sin más miramientos, puede ser letal para el oyente, y puede degradar y torturar la mente de la persona hasta acabar con su vida o dejando secuelas irreparables en su interior, como si de una doble personalidad se tratase, tal y como se representó en aquella novela de Robert Louise Stevenson titulada ‘El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde‘ la cual hablaba de un trastorno de la identidad en una persona, que presentaba un lado agradable y humano pero que podía convertirse en un ser cruel y malévolo cuyo único fin es causar el mal a todo aquel que le rodea.
Si tuviésemos que redactar una novela sobre el productor irlandés la titularíamos ‘Bryan Kearney y Mr Kearnage‘ sin duda alguna, ya que, pese a pedir perdón en el título casi de modo inconsciente, ha enviado un mensaje preventivo que se puede extrapolar a un ‘no me hago responsable de lo que pase‘ en toda regla.
Aquellos que se vean capaces de sobrevivir a semejante carnicería musical, pueden escucharla y adquirirla AQUÍ. Nosotros no nos la podemos sacar de la cabeza.