El artista alemán Paul van Dyk consigue poco a poco ver la luz al final del túnel y progresar favorablemente tras la caída que sufrió en el ASOT 750 de Utrecht desde el escenario situado a seis metros de altura, y ha anunciado su vuelta a los escenarios para el EDC de Las Vegas a mediados de junio en su Facebook.
Milagrosamente, como ha reconocido el propio equipo médico que le ha tratado, las lesiones de Paul que han recaído sobre su cráneo y espina dorsal no han afectado a ningún órgano vital de forma que éste haya podido causarle la muerte, pero sí de manera leve al cerebro, tal y como ha reconocido el propio deejay a la revista ‘Billboard‘ en su primera entrevista tras la caída en la cual afirma ‘no recordar nada y tener que aprender a caminar, comer y hablar de nuevo, ya que lo hacía de manera torpe tras las lesiones sufridas‘.
Como consecuencia de ello, tuvo que estar las cuatro primeras semanas tras la operación en silla de ruedas y reconoce que escuchar las promos de música que recibía le ayudó a amenizar el proceso e incluso a recuperarse.
Como ya hemos dicho antes, es un milagro no sólo que Paul haya sobrevivido a semejante caída sino el hecho de la recuperación tan rápida que ha experimentado el alemán, ocurriendo el accidente a finales de febrero y poder estar al cien por cien para su temporada veraniega tanto en su residencia en Cream Amnesia Ibiza como en el resto de festivales del mundo, entre ellos, una parada por la Península en el Medusa Sunbeach Festival, recuperación de la que ni los mejores atletas de la élite podrían presumir.