Bien es sabido a estas alturas, y no seremos nosotros quienes descubramos este hecho, que una gran parte del éxito del holandés Armin van Buuren se debe a sus movimientos empresariales, dueño de una de las mayores multinacionales de la música electrónica como es Armada y todo lo que a ella engloba y uno de los diez DJs más ricos del mundo (Aquí os dejamos el sorprendente ranking completo a fecha de 2015) debido precisamente a la óptima gestión tanto de su propia marca como de su discográfica.
Armin, perro viejo en el sector como ya demuestran las cifras anteriormente citadas, es consciente del cambio de aires que está experimentando la música electrónica en general, y bien es cierto que ya no vende tanto el big room como podía hacerlo entre 2012 y 2014 ni el progressive house con toques de pop como estos últimos dos años (bien pudimos ver una apuesta clara por ese sonido en su último álbum de estudio Embrace), y es que, a día de hoy, lo que manda en el mercado electrónico (y musical en general, podríamos decir) es el down tempo, el chill out, o el bautizado muy erróneamente por muchos, pero seguro que queda claro, deep house.
Ese ‘deep house‘ -con perdón de Floating Points– carne de radio por el cual todos los artistas, ya no electrónicos, sino de toda la industria han decidido apostar. Nombres como Justin Bieber, Sia, Justin Timberlake, Sam Feldt, Jonas Blue, DJ Snake y un largo etcétera que redundan en las radiofórmulas musicales de todos los públicos son quienes más tajada están sacando de este estilo, por el simple hecho de que funcione. (Y no, no estamos diciendo que lo que hacen Justin Bieber y DJ Snake sea deep house, pero ha quedado claro por donde van los tiros).
Bien es cierto también que llevamos tiempo viendo a Armada como sello principal, no bajo ninguno de sus sublabels, apostando por este estilo abanderado por Lost Frequencies y que poco tiempo ha tardado en dar el paso al nombre de Armin en una de sus producciones.
La canción como tal, se nos presenta como un tema de 107 bpms para los amantes de las cifras, junto a dos desconocidos en el mundo de la electrónica tales como el productor y compositor de canciones de la mismísima Lady Gaga en sus hits ‘Alejandro‘ y ‘Born This Way‘ Garibay y el vocalista Olaf Blackwood, pero ya sabemos lo que le gustan al holandés los híbridos entre artistas de dentro y fuera de la electrónica, sobretodo cuando la idea tiene todas las papeletas para triunfar por el estilo y no por el nombre de quienes lo hacen (como Great Spirit junto a Vini Vici sin irnos más lejos).
Podemos ver también una pequeña fusión entre el trance vocal y más comercial de Armin inmersa en este rollo chill out con algunos de sus sonidos, melodías y sintes más progresivos acompañando de fondo a la vocal para nada desagradable por cierto, más bien todo lo contrario.
El tiempo dirá el alcance que ha tenido esta canción, de momento las previsiones auguran un éxito en la industria general y desapercibimiento dentro del panorama trance. Esperaremos algún club mix curioso que Armin pueda usar en los festivales y eventos con algún toque más ‘trancero‘.
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