Parece que se está convirtiendo en tendencia de estos últimos tiempos que corren el volver a dar vida alias que habían quedado en el olvido, alter egos que, por meras razones evolutivas de la música, no encajaban en las corrientes actuales o simplemente, proyectos abandonados que, sin ninguna razón aparente, quedaron atrás habiendo marcado una época dorada en la historia de la música electrónica, y no tan electrónica como en el presente caso de este artículo.
Ejemplificando, aunque no creo que sea muy necesario porque seguro que más de un caso ha pasado por la mente de quien lo haya leído, hemos podido vivir el regreso de Rising Star por parte de Armin van Buuren más de una década después, el de Gouryella por parte de Ferry Corsten, el de M6 por parte de Mark Sixma, Plastic Boy por parte de MIKE Push e incluso fuera del trance, sin ir más lejos, el rescate del pasado de nombres como Robotman, Childsplay o FUSE por parte de Richie Hawtin.
Que sí, que es un hecho, lo retro está de moda y volver a recordar a las nuevas generaciones quién fuiste en su día está bien, pero mantener la esencia de aquel entonces es algo bastante complicado, matiz que dejamos presente en el caso de Mark Sixma y M6.
En este caso, la esencia ha quedado intacta por parte de OceanLab, el lado más acústico e íntimo de Above & Beyond, siempre acompañados por parte de Justine Suissa, aunque también hemos visto presente el balearic trance o el uplifting trance en sus producciones como en la que está considerada como uno de los mayores emblemas, tanto de toda la discografía de Above & Beyond como de la música electrónica, ‘Satellite‘, pero hay algo que no termina de encajar y es que tras más de un año, desde octubre de 2015 concretamente, creando hype con la vuelta de OceanLab siete años después, finalmente en un originario modo acústico y con un club mix de Above & Beyond, nos hemos quedado con un sabor de boca bastante descafeinado, sin ánimo de ofender a aquellos que se hayan sentido atraídos por la dulce voz de Justine Suissa o de la vocal (aceptable por otra parte), pero seguimos sin ver nada destacable, seguimos sin ver ese toque de calidad que siempre han presentado los cuatro artistas en OceanLab, como llevan haciendo desde Clear Blue Water hasta Sirens Of The Sea, trabajos intachables de principio a fin, independientemente de su estilo.
Por otra parte, el Club Mix de Above & Beyond deja en evidencia una vez más el estancamiento musical que sufren, tanto como el trío británico como su discográfica Anjunabeats, mostrando un estilo similar en el noventa por ciento de las canciones, una y otra vez los mismos sonidos y una y otra vez el mismo estilo, que tal y como surgió en Group Therapy, debió morir en aquel momento.
A dís de hoy, sólo nombres como Seven Lions, Matt Lange, Andrew Bayer, MatZo (si le da por volver a la que fue su casa) o Boom Jinx son quienes pueden impulsar a Anjuna a lo que fue en su día, pero respetando la esencia y camino tomado desde 2012.
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