Tras más de una década de silencio, es normal que a muchos les suene rara la palabra ‘Gouryella‘, pero si decimos que ha sido uno de los pilares de la escena actual tal y como la conocemos, es más fácil cogerle cierto respeto a dicha palabra.
Surgió en Holanda, a finales de la década de los 90, cuando el trance imperaba y dos jóvenes promesas ya consagradas, Tiesto y Ferry Corsten, se juntaban en el estudio para producir canciones bajo el pseudónimo de Gouryella, una alusión a la palabra cielo en lengua aborígen.
Gouryella, Walhalla y Tenshi fueron producidas por la pareja holandesa entre 1999 y 2001. En 2001, Tiesto decidió que sería mejor dedicarse a su carrera en solitario, por lo que, Ligaya sería producida bajo el alias de Gouryella pero sólo por Ferry Corsten, aunque con ayuda reconocida de John Ewbank.
También contaron con numerosos remixes de los artistas más destacados de la época como Armin van Buuren, ATB, Scooter, Rank 1, Green Court o el propio Ferry Corsten como hizo con Ligaya.
No sólo produjeron canciones originales sino que también remixearon dos; Solange – Messages y Binary Finary – 1999.
No sabemos el motivo que ha llamado a Ferry Corsten 13 años después a resurgir su lado más puro, pero las hipótesis del éxito de Armin van Buuren al resucitar a Rising Star o la inspiración en Origami, tema que se dedujo directamente que su poseedor era Ferry con el alias de Gouryella o System F, están muy presentes.
El productor holandés nos presenta una canción bella y pura a partes iguales, donde predominan los sonidos melódicos, intentando conseguir la esencia de la época, con los sintes y tipos de melodías empleadas por Gouryella, pero con los sonidos modernos de hoy día.
El caso es que, por H o por B, Ferry nos ha deleitado con una canción que muchos necesitábamos en él, y muchos nostálgicos, han podido recordar lo felices que eran hace una década cuando desgastaban las zapatillas cada sábado por la noche bailando sus canciones.
Como reflexión final, la broma de iTrance fue graciosa, pero ahora en serio, Tiesto, ¿cuándo será tu turno de volver a maravillarnos?
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