Damas, caballeros, niñas y niños, no importa la raza, el sexo, la ideología, las creencias, las orientaciones, la edad, no importa el país, la clase social… nada de eso importa. Con muchísimo gusto, hoy presentamos algo maravilloso, una oda a la humanidad, una canción que es el mero emblema de cómo unir a la gente a través de la música, una de las características más bellas de este mundo.
Cuando uno de los que, seguramente haya sido el músico más grande de todos los tiempos dentro de su género y pionero en su propio estilo, pone en común sus conocimientos, su experiencia y su buen hacer con el homónimo en su género correspondiente, sólo puede salir algo bello, algo puro, algo hermoso.
Alumno y maestro, y pese a haber una época de diferencia entre ambos, Armin van Buuren y Jean-Michel Jarre colaboran para brindarnos una de las mejores canciones que saldrán este año sin ninguna duda.
Desde siempre, Armin van Buuren se ha declarado admirador del productor francés, narrando que escuchaba sus canciones y sesiones en bicicleta de camino a la universidad, esas sesiones en las cuales Jean-Michel fue pionero, brindando al mundo entero live sets con toda la maquinaria a su disposición acompañada de juegos de luces en escenarios tan peculiares como la Torre Eiffel, las Pirámides de Egipto o sin ir más lejos, la Catedral de Santiago.
Armin van Buuren tampoco se ha quedado atrás, procurando cuidar mucho la puesta en escena y dando conciertos míticos como cualquiera de sus ‘Armin Only‘ o las puestas en escena en aquellos ‘Sensation White‘ con las manos mágicas de Jan Vayne jugando caprichosamente sobre un piano ante la atónita mirada de un joven Armin allá por 2005.
Años más tarde, como bien hemos nombrado antes, alumno y maestro, pioneros cada uno en su sello de identidad, unen sus fuerzas y sus estilos, tan dispares como similares, en una bella oda a los sonidos, mostrando un respeto hacia la música poco frecuente en el panorama actual, y no sólo en la electrónica.
Sonidos característicos de aquellos sintes eternos de Jean-Michel, sumada a una base de progressive trance del más puro Armin van Buuren, acompañada de sintes y melodías salidas desde lo más profundo de su alma y del respeto que tiene el holandés por todo esto.
Como ya dijeron ambos en la premiere de la canción, Jean Michel buscaba innovar en su nuevo álbum ‘E Project‘ e incluir en él colaboraciones con artistas que aportasen frescura y nuevos estilos (como hemos podido ver con colaboraciones como con el mismo Gessafelstein), y sin duda, el trance tenía que estar entre ellos, y para eso, Jarre apostó a caballo ganador.
Para crear esto, como también ambos han confirmado, buscaron unir ambos estilos, aportando cada uno su granito de arena de su propia hemeroteca de sonidos, buscando la fusión más pura entre el trance y el new age tan característico del francés.
También Armin van Buuren anunció que no quería usar la canción original en sus giras, puesto que dicha canción ha de ser deleitada e interiorizada, por lo cual nos brinda un remix propio en versión club, con una base puramente trance a 138 bpms (quién lo diría hace unos meses, ya es la tercera canción de uplifting trance que saca Armin van Buuren en 2015).
Stardust es una canción bella, alegre, con una melodía con aroma ochentero, como una vieja pluma que, tras años de inactividad, aún guarda la tinta suficiente para poder escribir historia en la música electrónica, ante la colaboración de los dos artistas más grandes de la misma. Estamos, como bien ya ha dicho más de uno, ante un clásico de la era contemporánea.
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